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Sobre la pieza
A lo largo de mi vida, mi relación con el arte ha cambiado.
En un primer momento, trataba hasta el hartazgo de reproducir la realidad externa. Horas de horas se fueron en analizar y experimentar nuevas técnicas para volcar en papel exactamente lo que veían mis ojos.
Después, en los momentos más dolorosos de mi vida, el arte comenzó a reflejar mi realidad interna. Se convirtió en una herramienta poderosa de catarsis. Tan poderosa, que me devolvía la vida cuando sentía que se me podía ir. En los momentos en donde mi psiquis no podía registrar el dolor, mis manos tomaban el reto de transmutarlo en algo más. En algo fuera de mí.
Hace 11 años decidí emprender un camino hacia la salud. Aquel pozo lleno de dolor desde donde salía mi rabia, poco a poco se comenzó a secar. Ya no había más materia qué expulsar. No estaba más el dolor que conocía tan íntimamente. Esto me permitió ver que mi relación con el arte no tenía que ser aquella fuente de descarga de la que me había servido toda mi vida. Había más. Y deseaba descubrirlo.
Esta pieza marca el cierre de mi etapa anterior y el comienzo de una nueva.
Diego Rotalde, Enero 2019
DIMENSIONES


EL PROCESO









